martes, 20 de diciembre de 2011

Capítulo 30. Sin miedo.

Primeramente, siento haber estado tan desaparecida durante todo este tiempo. He tenido ciertos problemas personales. Pero bueno, siento esta larga espera, y he de decir, que pienso subir el resto de la historia ya en estas fiestas, ya que como estaréis viendo, HDLR, está llegando a su fin. De nuevo, muchas disculpas, y espero que os guste el siguiente capítulo. Un beso^^




Tenía su cura, la liberación de Gabriel, se había aprendido aquella página de memoria… aquella página que decía como librar a un caído de su jefe demonio,  y al fin podría poner en práctica lo que aquel libro le había enseñado. Por fin podría ser libre, con Gabriel. Ella conocía millones de lugares donde a ella el alojamiento se lo dejarían gratis, es más, incluso una mujer estaba dispuesta a darle el pequeño pisito en el cual había vivido su madre, ya fallecida a la que ella cuidó el año anterior.
-         ¿Estás segura? –dijo entonces una voz.
Ella dio media vuelta, sorprendida. No podía ser Trevor… era una voz femenina…
Era un ángel. Su ángel, aquel que la marcó cuando tan solo era una niña. Sorprendida, tartamudeó, sin llegar a creer que de verdad estuviese frente a su jefa:
-         ¿De que hablas?
-         ¿Vas a por él, verdad? A por el chico demonio.
Ella enmudeció, sin saber que decir, hasta que al final acabó asintiendo con la cabeza.
-         No sabes el error que estás cometiendo, Ingrid. Él no es bueno para ti.
-         Tú no sabes nada de él. Él es distinto. Quiere cambiar. No quiere ser así.
-         Te equivocas, Ingrid. Un demonio siempre será un demonio… No vayas.
Ella no la escuchó, dio la vuelta, y sin echar cuenta a las palabras del ángel siguió su camino, dejándolo atrás, tras torcer la esquina.
Se hallaba ante las puertas de la mansión entró por el patio sin vacilaciones, no tenía ni un ápice de miedo. Llamó a la puerta. Y esperó.
Para su sorpresa alguien la abrió, pasado un rato. Un joven de piel negra, rastas enorme recogidas en una coleta, que tenía la boca llena de… ¿Gofres?
-         Hola… -dijo ella, no muy convencida.
-         Hola.-respondió el otro, hablando sin preocuparse de los trocitos de comida que se escapaban de sus labios.
Tragó en ese momento, y volviéndose hacia dentro, gritó:
-         ¡Roman! ¿Tú has vuelto a invitar a una chica? ¡La de ayer era más guapa!
Ingrid alzó la vista y pudo ver como un chico de pelo rubio muy corto la miraba.
-         Yo no he invitado a ninguna esta vez… Y no creo que Adnan haya tenido éxito con una chica como esta… y bueno, ya de Chin ni hablemos…
-         No…-negó ella. –Yo vengo a buscar a Gabriel…
-         ¡Ea! ¿Tú no serás la novia de Gabriel no? –repuso Abeeku. - ¿Pero el no cortó contigo?
-         ¿Cómo? –Ingrid entrecerró los ojos. ¿Qué demonios había contado Gabriel sobre ella y su relación? Estaba empezando a mosquearse ella sola, cuando apareció otra persona, que apartó de un empujón a Abeeku.
-         No le hagas caso a este muerto de hambre.-Dijo ella, dedicándole una sonrisa.- ¿Eres Ingrid verdad? Yo soy Kavita.
Ella asintió, perpleja.
La chica arqueó las cejas.
-         ¿Y que has visto en el psicópata gay de Gabriel?
-         Él no es…
-         ¡Lo sé! –cortó Kavita, divertida. –Era una broma, mujer.
Ella sonrió, nerviosa. Y la mirada preocupada de Kavita no la tranquilizó lo más mínimo.
-         ¿Y Gabriel?
Vio como Abeeku apretaba los labios, incómodo. Y como Roman pasaba del tema y desaparecía en una de las habitaciones cercanas.
-         Ese es el problema.- musitó Kavita.- Que no sabemos donde está.
Ingrid resopló, decepcionada y a la vez ciertamente preocupada. ¿Pasaba algo?
-         Si te sirve de ayuda.-Añadió el chico de raza negra.- La última vez que lo vimos entró chillando histérico algo como: Tú no eres mi padre, siendo cargado en hombros por nuestro jefe, que estaba transformado en demonio. Ambos se encerraron en la habitación del jefe y no han vuelto a salir. Hemos llamado a la puerta… pero nadie contesta…
Ahora si que estaba preocupada, muy preocupada. ¿Volvió su jefe? ¿No era su padre de que? A lo mejor él se negó a obedecer una orden y…
No entendía nada. Y tan solo quería ver a Gabriel, necesitaba verlo. Ya.
Por la cara que puso, Abeeku dijo:
-         Ya sé que suena estúpido… y que creerás que estoy loco…
-         Suena peligroso.- terció Ingrid, asustada.
Sintió la mano de Kavita en su hombro.
-         Yo creo que sé donde puede estar. Abeeku, llama a Adnan. Dile que se traiga la dinamita justa como para hacer volar en pedazos una puerta.
Ingrid tragó saliva, estaban pirados, tal y como le habían contado, ¿Qué podría esperarse de ellos?
Con un gesto Kavita le pidió que la siguiera.
-         ¿Sabes, Ingrid? Tengo la sensación de que Gabriel no te dejó ¿Verdad?
-         No…
-         Te lo digo porque fui yo la que le pedí que lo hiciera. Porque él tenía miedo de hacerte daño, ya ha hecho daño a muchas personas y matado a otras. Le dije que si de verdad te quería te dejaría en paz, por tu seguridad. Pero hoy me he dado cuenta de lo equivocada que estaba…
-         ¿Por…?
-         Porque te miro y… madre mía, nunca me había sentido tan en paz conmigo misma, es tu simple presencia. Todos los de esta casa estamos rotos, de una manera u otra estamos perdidos, nos odiamos a nosotros mismos… y Gabriel no era menos. Si tu me haces estar tranquila con solo mirarme, con solo estar cerca de mi… imagina como era tu repercusión en Gabriel, que pasaba los días enteros contigo. Tú lo arreglabas de una manera u otra. Además… me parece precioso lo vuestro… os brillan los ojos cuando producíais el nombre del otro ¿Lo sabéis?
Ingrid asintió con la cabeza, confusa y a la vez un tanto conmovida.
-Gabriel encontró lo que todos buscamos. Alguien que de verdad nos acepte y nos haga sentir bien, olvidando nuestro pasado. Y he pensado que no vale la pena romper algo así.
Y justo en ese momento se oyó un enorme ¡Boom! Unos chillidos eufóricos
 y unos aplausos. Y allí estaban dos chicos junto a una puerta destrozada.
- ¡Aquí no hay nadie! –informó Abeeku. –Está vacío.
Kavita se acercó rápidamente al enorme agujero que ahora presentaba la puerta, y un poco extrañada frunció el ceño, era verdad, la sala estaba intacta y vacía…. Totalmente desierta.
Ingrid ya había llegado al lado de la chica hindú y observó su interior, sentía la preocupación palpitando en su cabeza, no podía creerlo. ¿Dónde estaba Gabriel? ¿Y si su jefe había descubierto que tenía tratos con ángeles y…? No quería pensar en esas cosas.
En ese momento Kavita atrapó su mano y tiró de ella hacia el interior de la estancia.
-         ¿Pero no lo ves? No hay nadie. No creo que estés escondidos debajo del sofá.
Kavita hizo un ruido extraño con la boca para hacerla callar y dijo:
-         Si no están aquí…-Estaba de espaldas, en frente de la chimenea situada al fondo de la habitación, y había quitado de su sitio una estatuilla con forma de gárgola.
He Ingrid era incapaz de creer lo que pasó en esos momentos, la chimenea se partió por la mitad, dejando un portal que conducía a unas oscuras escaleras. Un pasadizo secreto como el de las películas. Kavita se había vuelto hacia ella, con una nueva seriedad, retrocediendo unos pasos hasta llegar a su lado y decir:
-         Como chica medio ángel supongo que no sabrás mucho de demonios… y tal. Yo tampoco, seré sincera. Pero estás son las puertas del inframundo, más conocido como infierno. Aquí están todas las almas malditas de los difuntos, aquellas que deben de pagar sus malos actos en vida agonizando allí abajo… aunque también es el hogar de los demonios. Así que si Akira se ha llevado a Gabriel a algún lugar debe ser este.
Ingrid tomó aire. ¿Aquello era el mismísimo infierno?
-         ¿Vas a entrar?-preguntó Kavita.
Tragó saliva indiscretamente.
-         Mi vida quedaría incompleta sin él. –Dijo.- No quiero volver a estar muerta en vida. Iré.
-         Oh, ¿Pero que te dio ese psicópata? –soltó Kavita emocionada y conmovida, luego la miró, mientras añadía.- Bajaría contigo, si no tuviera tanto miedo. Ehm… suerte…
Ingrid se volvió hacia ella, y antes de que su acompañante pudiese detenerla, Ingrid la abrazó, brevemente.
-         Muchas gracias. –murmuró, mientras era tragada por la oscuridad, rumbo hacia una ciega búsqueda de Gabriel por el infierno.


Era un lugar siniestro, espelúznate, muerto. Carente de esperanza. Desolación, decadencia, dolor, amargura y una eternidad insufrible, todo ello se podía respirar allí, era… demasiado horripilante, y sus pelos estaban de punta. Nada más llegar algo parecido a la Parca quiso echarla, expulsarla al mundo de los vivos antes de que tuviera que retenerla allí, mientras que ella no dejaba de insistir en que necesitaba ver a Gabriel, sin miedo, no tenía miedo de nada. Porque ya nadie iba a alejarla del camino que ella había tomado. Afortunadamente otro demonio llegó y le dijo al tipo parecido a la parca que hiciese lo que yo pedía, que la llevara hasta “el chico de Akira”, él sabría que hacer conmigo.
A continuación la habían invitado a montar en aquella barca que apestaba a muerte, que sería llevaba hasta Gabriel. Desde ahí podía observar a las almas flotando perdidas y suplicando clemencia de aquí para allá, cuerpo extraños se revolvían como gusanos entre aquellas aguas y a veces alzaban sus manos, intentando alcanzar la embarcación, cosa que la Parca no permitía, echando heladas miradas de advertencia, sin dejar de remar con gesto carente de cualquier tipo de sentimiento, tanto positivo como negativo.
Además de eso, veía enormes edificaciones, algunas ruinosas, abandonadas, otras llenas de ornamentos macabros, en las que se veía actividad, demonios saliendo y entrando de aquellas edificaciones, una vez dejaron atrás la parte de los muertos desamparados.
La barca acabó por detenerse, la parco señaló una edificación, mientras le indicaba que saliera de la barca y ella sin temblar obedeció, observando cautelosamente aquel edificio cargado de columnas al estilo romano, de un mármol oscuro y lleno de betas rojas, gárgolas por los rincones, y una enorme puerta con afiladas rejas negras.
-         Sígueme.-dijo la voz profunda y difunta de aquella criatura.
Otros demonios de aspecto más pequeño le abrieron la puerta a La Parca, con Ingrid pegada a su espalda. Avanzaron por un largo corredor hasta llegar a una especie de salón lleno de alfombras rojas, candelabros con llamas de color azul, cuadros de otros demonios, sofás antiguados, plantas espinosas y de ramas retorcidas crecían sin restricciones pegándose a las paredes.  
-         Vengo a dejar mercancía.-dijo en ese momento su acompañante, empujando a Ingrid para que otro demonio la viera. –Expresamente para el chico de Akira.
El demonio asintió.
-         Espera aquí.-le ordenó a Ingrid mientras desaparecía escaleras arriba.
-         Mi trabajo ha terminado.-anunció en ese momento La Parca, mientras daba una lenta media vuelta y se iba por donde había venido.
Oyó el ruido de la verja al cerrarse tras él, estaba encerrada en aquella mansión de pesadilla… esperando que de un modo u otro apareciese Gabriel.




5 comentarios:

  1. ¿Puede ser que la primera parte del capítulo ya la hubieras subido? Porque me suena que ya la había leido XDD. En cuanto al resto del capítulo, cuando desciende a los infiernos en busca de Gabriel, me ha recordado al mito de "Orfeo y Eurídice" y luego, cuando ya está en el averno, con la Parca que la lleva en barca al otro lado (que según la tradición era el barquero Caronte quien lo hacía) me ha recordado a la "Divina Comedia". En cualquier caso, muy buen capi. Se echaba de menos tu historia. A ver si en el próximo capi estos dos se encuentran y tienen alguna oportunidad XDDD

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  2. ¡ALELUYAAA! Creí que no volvería a leer otro capítulo de esta historia por tu ausencia el otro día. Suerte que me equivocaba :))
    Está genial como historia, la echaba de menos ^^

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  3. Bueno... Para hacer honor a mi costumbre, ¡yo lo leo con varios días de retraso! Pero lo leo... jajaja

    Por un lado es una alegría tener algo nuevo tuyo que leer. *-* ¡Ya pensaba que nunca iba a aparecer este capítulo!

    Pero por otro lado, lo que has puesto al principio de que ya se acaba.... -.-"

    Espero ansiosa el reencuentro de Gabriel y Ingrid. ¡Felices fiestas! :)

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  4. TUUUÚ!!! Mala mujer! Cómo puedes dejarme así?
    Ahora lo fuerte seria que no saliera Gabriel jajaja, pero que mala soy. Y cómo se que se esta terminando HDLR! Se va a terminar antes de que yo pueda subir mi historia.....si es que soy muy lenta xd En todo caso cuando la termines te voy ha hacer publicidad a montones, no se merece menos. Es de las primeras historias de blog que de verdad me interesan.

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  5. Inquietante como escribes Esther,
    que pases unas felices fiestas
    feliz año 2012.
    un abrazo.

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